Eliam...

Eliam...
Aun si las rosas dejaran de sonreír, yo podría ser completamente feliz

sábado, 5 de marzo de 2016

Tengo 3 huecos en el cuerpo...

El tercer hueco es el que menos siento, pero por mucho es también el de mayor extensión. Se encuentra repartido en todo lo que soy. Es un hueco suave y transparente que mientras menos parece existir mas existe; es el hueco de mi alma, de mi identidad ultrajada, es el vacío que yo soy.

Me alimenté de metas sin cimientos para un futuro lejano y llegado el día descubrí que todo fue una burla inspiracional.



Tengo 3 huecos en mi cuerpo...

El segundo está en mi pecho y me provoca la sensación constante de ir en caída libre, se trata de un vértigo que he vuelto mi amigo. Este hueco vertiginoso proviene de mi corazón, de los constantes vuelcos y caídas, del llanto atraído por las traiciones y la soledad; de este modo las sensaciones de desesperanza dejaron de ser clientes frecuentes y se volvieron huéspedes de planta.

No puedo palpar mi corazón, por eso me pregunto cuántos trozos le harán falta. Seguro ya ni siquiera tiene la forma de un corazón, conforme a lo que siento en mi pecho, ahora tiene la forma de una astilla que me estorba para vivir.
Tengo 3 huecos en mi cuerpo...

El más pequeño está en mi estómago, ya que siempre tengo hambre y se me antoja justo lo que no puedo pagar. Este hueco no me preocupa, a final de cuentas la crisis ha sido superada ¿o no?... entonces ¿Por qué este hueco sigue ahí?

Si he pecado de gula, Dios... tú has sido un bastardo. 

Después de una vida hambrienta, ingeriré todo hasta morir satisfecha. 


sábado, 3 de octubre de 2015

TheDarkSun ~Capitulo 1: Una Dulce Pesadilla~




Se puede morir sin dejar de respirar


se puede volver realidad un sueño


se puede estar en la línea entre la luz y la oscuridad


y a veces… es necesario…


cerrar los ojos… para despertar.


Mis pasos resonaban conforme corría más y más rápido, apenas 

había terminado de llover y la ciudad entera estaba encharcada. Dí 

un pequeño resbalón, mis piernas estaban heladas, el viento era 

frío 

(...)



Continué corriendo en busca de ayuda, mientras mis pies hacían 

saltar el agua de las encharcadas calles empedradas, en busca de 

ayuda, en busca de alguien que me proporcionara los medios para 

regresar a mi casa a ayudar a mi familia, cuando lo vi… alto, de 

apariencia gélida y penetrantes ojos rojos, no podía creer que ese 

rostro fuera el mismo del muchacho tierno de ojos azules que 

usurpó mi reflejo pidiendo encontrarme



-Te en-con-tré – me dijo con la misma voz serena y aterciopelada. 

Mi respiración se aceleró y eché a correr en dirección opuesta, 

resbalando por poco nuevamente, pero él me interceptó de 

inmediato- No, no, no, Soleil… las únicas que corren y huyen de 

mi, son mis presas y tu… no eres una presa. – escarbé en mi 

interior para hacer resurgir mi usual hostilidad, la necesitaba en ese 

momento. Traté de golpearlo, pero en un solo movimiento me 

detuvo en seco, se colocó detrás de mí y me tomó por los hombros- 

¿quieres jugar?- se relamió los labios al escuchar  mis gritos 

cuando 

enterró sus gélidos dedos en la piel de mis hombros y antebrazos, 


podría jurar que eran picahielos los que habían atravesado mi piel y 

parte de mi carne, comencé a sangrar de forma  abundante ....



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